lunes, septiembre 25, 2006

Demokrazia (?)


No tengo por costumbre replicar posts en mis dos blogs, sobre todo porque el espíritu que insufla vida a ambos pretende ser diferente. Cuando he tratado el mismo tema en uno y otro, el texto era significativamente diferente. Sin embargo, esta vez el Agente 008 y el Doctor sugrañes comparten desilusión e indignación a partes iguales, así que los mismos párrafos me sirven para expresarme en ambos espacios y captar el interés de los lectores que se inclinan por leerme sólo en uno de ellos:

El lunes siguiente al desilusionante comunicado de E.T.A., ¿cabe preguntarse quién tiene la culpa de qué ahora decidan los “chicos de la dinamita” continuar con la lucha armada y dejar de lado las palabras?: ¿El P.P., por no dar cuartelillo al Gobierno y sembrar cizaña en beneficio electoral propio? ¿El P.S.O.E., como poder ejecutivo, por no recriminar contundentemente las palabras de la Oposición y exigir sin ambages que los abertzales cumpliesen sus promesas mientras veían cómo éstos retrasaban las conversaciones de paz y seguían vociferando y quemando contenedores y autobuses? La culpa es siempre de los intransigentes: de los que exigen sin dar; de los que se segregan partidistamente en el momento menos oportuno; de los que sufren la pataleta por el protagonismo perdido; de los que dejan un rastro de gasolina quemada alrededor de su propia tierra –así marcan el territorio, estos perros sin orina.

Cuando hace unos meses la banda TERRORISTA ofreció un tiempo de diálogo, mucho nos ilusionamos pero, al contrario de lo que aseguraba Acebes –cagadito por perder un puntal de su discurso del miedo-, echamos mano de la cautela. El Gobierno prometía hablar, pero no cejaba en su empeño policial y judicial contra la violencia –para desconcierto de algunos y disgusto de muchos-, así que la cosa seguí su curso pero no desvariaba demasiado. Pero ahora, los terroristas vuelven a decidir quién gobierna en este país. No nos engañemos: E.T.A. ha decidido los últimos tres comicios generales: dando la importancia de candidato viable a Aznar cuando atentaron contra él; sirviendo de excusa a una –justamente- dura política antiterrorista del ejecutivo conservador bañado en mayoría absoluta; y –no sus colegas de Al Quaeda- el 11-M, porque a la cúpula popular se le dio mal usarla como argumento electoral y el Pueblo se olió la manipulación.

Me duele decirlo, pero la bisoñez del gobierno de Zapatero ha hecho que, con buenas intenciones, saliensen una serie de leyes mal pergeñadas por la rapidez con la que quisieron contentar a colectivos de una sociedad que se verá obligada a acatarlas a largo plazo. Leyes necesarias, pero con algunos artículos desproporcionados, cuando no discriminatorios (o, directamente, anticonstitucionales). Ninguno de esos errores habría dañado significativamente a las expectativas electorales socialistas –tan sólo la crisis inmigratoria le habría rascado lo suficiente- si el “proceso de paz” hubiera seguido. Y a menos que se trate de una bravuconada de la “otra parte”, Acebes, Zaplana y el resto de gavilanes respirarán tranquilos desde hoy, porque la facción armada de los batasunos ha vuelto a darles las elecciones en bandeja al burlar el as en la manga de los promotores del talante. Desde este fin de semana, nuestro voto vuelve a estar cautivo…

IMC 18


Conocer, conozco a tipos de lo más variopinto; hasta a famosos y/o millonarios. Conocer, conozco a chavales la mar de juveniles y a maduros con más historia que España. Estos tipos son los amigos, lo novios, los hermanos, los esposos y hasta los padres de mujeres maravillosas.

Una de mis más recientes amistades es Luis: comenzó en los setenta con la medicina, fue peón de obra, pescador, capitán de la marina mercante, propietario y director de autoescuela,… y de vuelta a la Facultad de Medicina de Zaragoza, en cuyas aulas hemos ido cogiendo confianza con el paso de los cursos. Luis tiene dos hijos; uno de ellos es una muchacha de 22 años, modelo (no “TOP”, pero sí internacional), llamada Elisa. Y a raíz de la polémica suscitada por las tallas de las “maniquíes” en la Pasarela Cibeles (como antes fue en la Gaudí), la chica ha sido entrevistada en la edición dominical del Heraldo de Aragón sobre las tallas, la salud y las modelos como “modelo”. Elisa, que es rubia, alta, guapa y todo lo demás, sí que come bien y no ha tenido problemas en superar el pesaje cuando fue convocada en relevo de sus colegas raquíticas. En una entrevista, recortada imagino, a la que no se le ha sacado mucho jugo, Elisa ha demostrado su sensatez dejando claro que “ella es modelo y se alimenta en condiciones”, que el problema no es que las modelos estén delgadas (“la vicepresidenta también lo está y nadie dice nada”) y que, a fin de cuentas, “quien más quien menos se preocupa por esos kilos de más” que, lo recuerdo, además de resultar antiestéticos conllevan problemas de salud. Vamos, que, en efecto, hay una preferencia desatada por ciertas tallas, pero no es la talla sino la forma de hacerse con ella lo que debería de preocuparnos.

Me gustaría decir que yo también quiero ser como Elisa: un chico esbelto, avispado y de dieta equilibrada (como su novio. Me callo quién es, pero le conocéis). Pero a lo que de verdad aspiro es a ser como Luis: un hombre que se ha hecho a sí mismo y ha sido capaz de educar a dos hijos que puede que no cambien el mundo, pero desde luego no lo van a hacer peor con su presencia…

miércoles, septiembre 20, 2006

“Mi país”


Ni los gobiernos ni la sociedad: las minorías pasan a ser relevantes cuando el Mercado las sitúa en su punto de mira. Y cuando su máxima expresión, la publicidad, pretende reclutarlas para el consumo masivo, es que ya suponen una realidad lo suficientemente amplia y asentada en las fronteras que las acogen como para hacerse con el negocio que antaño –y aún ahora, claro- resultaba gestionado por compatriotas con impulso empresarial.

En plena “crisis” migratoria, cuando los políticos y sus votantes discuten la viablilidad de un país multicultural e interracial de facto, la operadora Vodafone quiere desbancar a los locutorios de barrio, que han crecido como setas en el último lustro, ofertando un contrato exclusivo para que los inmigrantes de diversas nacionalidades puedan hablar a un coste asequible con sus familiares no migrados. Adjuntan a la promoción un teléfono de última generación tirado de precio.

El caso es que, si mi memoria no me traiciona, esta es la primera campaña publicitaria a nivel nacional que una gran empresa española dirige a este grupo social hasta ahora ignorado por los grandes vehículos promocionales. Sucedió en los sesenta con los negros estadounidenses y en los setenta y ochenta con las mujeres europeas. Ahora (y si bien desconozco esta situación en otros países de la C.E.) le toca a los “nuevos españoles”. Los spots televisivos ya no son sólo para los castellanos viejos (y otras tribus de veterana raigambre en la piel de toro), sino para esos a los que hasta ahora veíamos sólo como extranjeros. Los “parias” de la economía de mercado, independientemente de su raza, religión o sexo, han sido incorporados al tren de las mercancías cuando el Gran Capital lo ha creído oportuno; rara vez ha sido antes… Entonces es cuando llega la apisonadora de la “igualdad”.

Habrá que ver si en esta “desleal” competencia al pequeño empresario local, Vodafone incluye a las llamadas el envío de faxes, el remite de moneda, la venta de productos de alimentación y la charla a la fresca frente a la puerta del locutorio. Mientras, yo voy tan pancho con mi tarjeta de prepago (de la que el Gobierno quiere saber todo; y mi operadora tan contenta de poder traficar con mis datos…).

PS: igual era para celebrarlo que mis vecinos peruanos se han ehado un polvete. Con la ventana abierta y la luz encendida, para que no hubiera duda alguna de que también son cariñosos. Si yo fuera ella, no sonreiría tanto después de un “mete y saca” tan fugaz… Otro día, y si me lo pedís en comandita, os cuento la tradición que hay en mi barrio de follar a la vista de todos (en verano, claro).

domingo, septiembre 17, 2006

“Por la espalda”


Mientras los Latin Kings se establecen en nuestro país como asociación cultural, las mujeres de los pistoleros sudamericanos se declaran en huelga de sexo, algo, por otra parte, habitual en ellas (en el reciente estreno de cines “Salvador”, la católica y reprimida novia formal del protagonista le dice, a finales de los sesenta, que “haremos el amor cuando los dos lo queramos”; osea: cuando YO lo quiera, porque ya sabemos que a los tíos os apetece siempre y nosotras aprovechamos tal circunstancia, guardando la disponibilidad en un tupper como quien guarda el almuerzo de la mañana para picar por la noche), pero por una buena causa: que dejen de delinquir o, al menos, que dejen de matarse entre ellos (para que puedan seguir robándoles cosas bonitas, aventuro). Al leer tal artículo me acordé del descacharrante cómic en el que Ralf Koenig parodiaba la Lisítrata de Aristófanes: la eterna guerra entre atenienses y espartanos obliga a las esposas de los guerreros a negarles su compañía hasta que cesen las hostilidades; es entonces cuando el calentón de los hombres les lleva a la homosexualidad para desahogarse y descubrir que sin mujeres también se lo pasa uno chachi. De suceder esto ahora y aquí… ¿Alguien se imagina a los Latin y a los Ñetas dándose “vidilla”? ¡Portada de Salsa rosa!

sábado, septiembre 16, 2006

La política, como la música


Escuché este viernes por la tarde una acalorada discusión entre abuelos, a la sombra de los árboles de una plaza pública. El tema, por lo oído fugazmente, versaba sobre la honradez de los que se sacaron billetes para España en la naviera “cayucos”, pero igual podría haber sido sobre las paranoias opositoras post 11-M o sobre cualquier otro tema de la candente actualidad. El meollo del asunto está en que las encontradas opiniones rezumaban el fundamentalismo de los que se han visto –y si no ellos, sus hermanos mayores, padres y tíos- en trincheras enfrentadas. ¿Viejos combatientes discutiendo la actualidad social con premisas y formas obsoletas? Entonces he caído en que el problema es generacional: que es lo mismo que cuando los padres se escandalizan de la música que escuchan sus hijos, olvidando que ante sus propios progenitores tuvieron que defender, por ejemplificar, a los Beatles o a los Rollings. Osea: que nos acomodamos en la sociedad que construímos –o al menos en la que vivimos en nuestro esplendor- y no entendemos cómo nuestros descendientes quieren cambiar tan idílico paraíso occidental a su imagen (¡y tan pronto!). Por eso me da miedo que el Papa y los presidentes y primeros ministros de los países más poderosos sean unos yayos: porque, a toda costa, proponen SUS viejas soluciones para NUESTROS nuevos problemas.

viernes, septiembre 15, 2006

“Esa columna que tú y yo sabemos”


Llevo semanas con un spot televisivo atragantado. Anuncia a una compañía de seguros haciendo uso del humor: no es el conductor el que choca contra farolas callejeras y columnas de garaje, sino que éstas toman vida y se descubren con muy mala leche. Se me atraganta porque yo tengo una columna así en el garaje: mi Daewoo (ahora Chevrolet) Nubira cumplirá tres años en diciembre y apenas llevo año y medio en un garaje que es una bicoca (enfrente de casa, con una plaza de aparcamiento amplia y maniobrable,…) pero cuyo hándicap es lo estrecho que resulta el acceso la rampa de salida (para entrar, la maniobra es más fácil). La susodicha columna ha dejado su impronta en prácticamente todos los conductores que la tratan de evitar (hasta tal punto que está desgastada, dejando ver los hierros por entre el hormigón interior) y yo mismo me he dejado un par de veces la aleta posterior derecha (la menos visible desde la posición del conductor), aún tomando precauciones. Ayer, tras semanas de no tocar el auto, tuve que sacarlo dos veces, y a la segunda… Bueno, sólo quería compartir mi mala fortuna con vosotros, ya que imagino que no hareis una colecta para abonar al servicio técnico la cuenta del chapista…

jueves, septiembre 14, 2006

“Tú que sabes…”


Leyendo una de las últimas entradas de Pepe en su espacio blogger, me descubrí admirándome como suelo hacer cuando leo un texto bien rematado por alguien que domina el tema del que habla. Me ha pasado otras veces con otros compañeros de Blogstop (ya os conocéis, putillas), pero en esta ocasión coincidía con una experiencia reciente. En mi última cita fuimos al cine (ya sabéis: café, cine, cena y copa) y la muchacha en cuestión me expuso una teoría que he oído decenas de veces: “tú que sabes de cine estás atento a detalles de la película que a los demás se nos escapan”. Como si se pusiera un sexto sentido de emergencia, el aficionado (e incluso profesional) capta y desentraña, por lo visto, los códigos reservados sólo a los iniciados en la pertinente secta; y lo hace como si hubiera nacido con ese don y lo estuviese cultivando fulltime.

Bueno, que te agrade una cosa siempre te lleva a estudiarla, practicarla (en la medida de tus posibilidades: yo lo he hecho) y adquirir cierta experiencia al respecto… Pero cuando voy a ver una película, si bien es cierto que reservo una parte de mis entendederas a las técnicas y subtextos (si los hay) de lo que se proyecta, también lo es que me propongo, simplemente, disfrutar (si el espectáculo lo merece) de aquello en lo que he invertido mi tiempo. No sé lo que dirá Pepe, pero yo defiendo ante mi admirador-a que cualquiera tiene derecho a opinar si pasa por taquilla, y que el crítico by the face reseña como un servicio público, con la intención, debería de ser así, de compartir más que de aleccionar. En pocas palabras: puede que yo logre explayarme acerca del lenguaje fílmico, cinematográfico y literario con la seguridad que da la veteranía, pero que cualquiera que sepa defender su postura ofrecerá un argumento quizás más pedrestre, pero en absoluto menos válido.

Cuando comencé en el mundillo de la prensa, en una radio local, una técnico (que estaba muy buena, pero que por eso y por tener ya quien la cubriese no me dejó “hacer” nada) me preguntó, toda cándida, que si las reseñas, que yo redactaba esquemáticamente tras meditar la sesión de cine que me había trapiñado y que me ayudaban a soltarme en la locución en directo, las copiaba de revistas especializadas. Semejante pregunta me habría parecido insultante si no hubiera tenido la intención de meterle mano a la muy gilipollas. Pero ahí está: en cuanto uno no domina un tema (popular o no), ensalza a quien lo controla con soltura. Yo prefiero aplaudir su iniciativa, aprender incluso de lo que me diga y siempre disfrutar de su elocuencia. Lo demás es falta de autoestima.

PS: de aquella chica de la radio, espero que ahora esté gorda y arrugada. Respecto a mi reciente cita… la cosa sigue, colegas.

domingo, septiembre 10, 2006

Lo más natural


Kerry Fox, Chloë Sevigny y Margo Stilley tienen en común el ser actrices de cine comercial que, en un momento dado, decidieron aceptar la propuesta de un director para mostrarse no sólo desnudas, sino expuestas ante la cámara –y un público, aunque adulto, convencional- en plena práctica sexual. Aceptaron porque leyeron los guiones de “Intimacy”, “The brown bunny” y “9 songs” y sintieron que sus personajes, en el contexto de una trama dramática, debían de practicar felaciones e incluso (en el caso de esta última) culminar el coito con la eyaculación de su partenaire masculino. Creyeron, como los directores (todos ellos hombres), que más allá del acto físico retratado objetivamente, se hallaba una expresión anímica tan cotidiana como las lágrimas o defecar. Y si bien de lo primero había más que sufiente en décadas de séptimo arte y de lo segundo apenas se mostraba de tanto en tanto la disposición cómica del individio apurado, ya era hora de evitar la penumbra, las sábanas y las elipsis que acompañaban a los gritos sofocados, los espasmos fingidos y los desnudos intrascendentes en escenas pensadas más para sacar partido comercial del morbo que para hacer avanzar una trama o describir a personajes.

Pero hablamos de actrices dramáticas serias, de sólida formación y con una carrera a cuestas (una vez más, la Stilley destaca por ser la menos conocida del grupo). No es lo mismo que, por ejemplo, poner en similar tesitura a la desaparecida Karen Bach y su compañera Rafaëlla Anderson en la violenta “Baise-moi”, por cuanto ambas eran actrices provenientes del cine pornográfico y las realizadoras de tan polémico film buscaban epatar. Ni siquiera hablamos de la valentía de Bryce Dallas Howard abriendo sus genitales en la minimalista “Manderlay”. Buenas o malas, las películas que les llevaron a enseñar su sexualidad pretendían afrontar el tema con naturalidad y enmarcarlo en una historia coherente que hiciese imprescindible tal atrevimiento (para mi gusto, sólo lo logra la cinta de Michael Winterbottom; la de Patrice Chéreau se entiende igual cortando esas secuencias y la de Vincent Gallo es un pestiño donde resulta prescindible del primer al último fotograma).

Ahora bien: vivimos en la era de la democracia digital. El mismo dvd que permite hallar gazapos en películas históricas de antaño, puede ser reeditado con programas caseros para el ordenador de cualquier sátiro que no sólo extraerá capturas fijas y seccionará las secuencias de vídeo más jugosas, sino que las compartirá en la Red –incluso sin ánimo de lucro- con cualquiera que teclee el nombre de las actrices mencionadas. Y si bien ellas han demostrado no temer a sus cuerpos ni a los impulsos elementales del ser humano, la posibilidad de descontextualizar esas escenas supone violar el pacto de la actriz con el personaje. Ya no estaremos presenciando, por ejemplo, la trágica aventura adúltera entre Claire y Jay, sino espiando a Kerry Fox mientras excita con la boca un pene. Ya no seremos cinéfilos, sino pornógrafos. Ya no disfrutaremos como espectadores, sino como pajilleros. Lo que supone una falta de respeto al trabajo de l@s intérpretes y traicionar las intenciones de los cineastas que proponían algo más que apagar las calenturas escopofílicas…

PS: acompaña a este artículo una videocaptura de "The brown bunny" (2003), en la que Chloë Sevigny practica una felación al director y actor Vincent Gallo.

Distintas reglas, mismo juego


La HBO es un prestigioso canal que pertenece a la oferta de la televisión por cable de los EE. UU. Durante años, la cadena ha producido notables telefilmes, alguno de los cuales se ha distribuido en las salas de cine europeas, y series alabadas por la crítica y los telespectadores del calado de “Los Soprano”, “Deadwood” o “A dos metros bajo tierra”. Ahora que la oferta televisiva de nuestro país crece, muchas de estas teleseries se desperdigan, con mayor o menor fortuna, por las parrillas de la programación patria. Una de ellas es “The wire”.

Traducida como “Bajo escucha”, este drama policial que anda por la tercera temporada y prepara la cuarta, ha podido verse en nuestro país gracias a FOX, emisora que lanza su señal a través de plataformas digitales y cableras. Precisamente, la segunda entrega de las aventuras del díscolo detective Jimmy McNulty y su disfuncional grupo de colegas ha terminado hace un par de semanas, dejando un buen sabor de boca a quien esto suscribe.

Después de una primera temporada interesante pero algo tediosa, el regreso de los supervivientes del accidental grupo operativo de la Policía de Baltimore ha sido de una contundencia argumental y una potencia dramática hasta ahora insospechables en una serie policiaca pensada para un medio tradicionalmente evasivo como es la tv, lo que demuestra que a) la mejor televisión ficcional sigue siendo de patente estadounidense y b) que la madurez definitiva ha llegado al medio cuando sabe alejarse de los programas basura, más económicos y digeribles para amancebar al gran público.

“The wire” retrata el submundo de una gran ciudad, una urbe gris y aburrida. Las tensiones raciales, políticas y sociales del día a día. Sus policías son, en el mejor de los casos, alcohólicos, puteros, machistas y fanfarrones; en el peor, meros funcionarios cargados de insolidaridad que aprovechan los recovecos del Sistema para escurrir el bulto o abusar de su autoridad. Ninguno de ellos, de todas formas, está limpio como la patena. Sus delincuentes son despiadados hombres de negocios que igual echan mano de un arma con la que deshacerse de la competencia, que de las técnicas de mercado para prosperar en sus negocios: tráfico de drogas, trata de blancas, mercancías robadas,…

Estéticamente, la serie recupera el tono y la ambientación de los thrillers cinematográficos setenteros que revolucionaron un género literario clásico, de donde hereda su violencia, sarcasmo y amoralidad. Pero a la vez, las nuevas tecnologías se combinan con las viejas técnicas detectivescas que son la base del oficio de cualquier polizonte. Para quien esté dispuesto a disfrutar de cada uno de los episodios (más largos que lo establecido canónicamente) de las dos temporadas (más cortas de lo habitual, y ahí está parte de la gracia) dobladas a nuestro idioma, ya sabe dónde buscar

sábado, septiembre 09, 2006

Paraíso... sexual


La versión erótica de "Piratas del Caribe" tiene más cine de aventuras y evasión en su trailer que la indigesta amalgama estrenada por Díaz Yanes con la millonaria "Alatriste". Movimientos de cámara ágiles, planos generales dotados de movimiento humano, efectos especiales –aunque sean evidentes- y… FORMATO PANORÁMICO. Una cinta X de presupuesto elevado, honrada con multitud de galardones en su mundillo, con sentido del humor, trama y actrices muy apropiadas -y sugerentes- para sus personajes, a lo largo de 129 minutos de película. Si se quita el sexo, hasta resulta una serie B simpática. A ver si en el cine español con ínfulas comerciales aprendemos… ¡aunque sea de los pornógrafos!

Return to sender


De veinte a diecinueve, y de allí hasta dos. De hasta 20 mb prometidos por contrato, a mi casa llegan 19; pero todos los test en Internet señalan una descarga que apenas supera los 2. Una u otra cosa de poco me han servido mas que para colofón de un verano variopinto: cayó el ordenador –en mitad de la redacción de un extenso y concienzudo artículo destinado a este blog, que por descontado perdí, junto con la paciencia de reescribirlo-, cayó la conexión –unas semanas después, y tras mucho llamar a mi servidor, se sucedieron las visitas del técnico, cuyo módem SÍ recibía los 19 lozanos mb; del mensajero con mi nuevo módem; y de mi amigo Joaquín, con nuevas entrañas para mi pc- y cayó mi autoestima –no precisamente por los motivos antes citados, aunque no ayudaron a levantarme el ánimo-. Me quedé sin crucero –ya sabeis: si viajas sólo, las agencias te sancionan doblándote el precio del paquete turístico-, perdí una prometedora relación sentimental –y quien sabe si algo más- y otras fruslerías.

Pero ya estoy operativo –después de haber gestionado cientos de emaíles pendientes, más de una centena de los cuales fueron enviados por el sistema de este blog para animarme, en un impersonal inglés, a retomarlo. ¿Es posible? ¿Os ha pasado, compañeros bloggers?-: a dos semanas de matricularme en nuevas asignaturas, a seis de regresar a mi condición de conferenciante y presumo que a 17 de liberarme de inútiles cargas laborales que apenas aportan ya nada.

Entre medio, en este país ya no se puede ir a 135 km/h. por una autopista desierta, echarse un cigarrito después del menú del día, irse de putas por Barcelona… En breve, tampoco se podrá disfrutar de la intimidad de tu tarjeta telefónica de prepago y el Gobierno podrá censurar el acceso a contenidos internacionales de la Red, ni acceder con coche a tu casa en el centro de la ciudad (¡joder con la progresía! Aunque todo se arregle con multas e impuestos, no se arreglará si la oposición de este país recupera el Poder: esos no cambian las castañas que los otros le han sacado del fuego). Somos veinte mil españoles más, de los que da a luz la mar tras haberla preñado un continete pobre al que damos la espalda a pesar de estar frente a nosotros y Pepe Rubianes se caga en la “puta España”, sin matizar que se refiere a la fascista. A la Chunta se le caen las obras y el Heraldo de Aragón edita infames colecciones en dvd –la de Eastwood, a 6 €, va sin un mísero extra. La del oeste, a euro la unidad, era una sucesión de series B transferidas directamente de una copia vhs que no respetaba el formato y que, en varias ocasiones, te colaba doblaje neutro sin posibilidad de cambiar de canal de audio-. La selección de baloncesto ha hecho Tiki-Taka en el país del sol naciente, Fidel no se ha muerto, y Bryan Singer y Agustín Díaz Yanes tampoco se mueren de vergüenza por haber estropeado dos iconos contemporáneos: Supermán y Alatriste.

Vuelvo, en todo caso. Y añado nuevos enlaces a otros blogs, encima. Espero vuestras visitas…