viernes, septiembre 15, 2006

“Esa columna que tú y yo sabemos”


Llevo semanas con un spot televisivo atragantado. Anuncia a una compañía de seguros haciendo uso del humor: no es el conductor el que choca contra farolas callejeras y columnas de garaje, sino que éstas toman vida y se descubren con muy mala leche. Se me atraganta porque yo tengo una columna así en el garaje: mi Daewoo (ahora Chevrolet) Nubira cumplirá tres años en diciembre y apenas llevo año y medio en un garaje que es una bicoca (enfrente de casa, con una plaza de aparcamiento amplia y maniobrable,…) pero cuyo hándicap es lo estrecho que resulta el acceso la rampa de salida (para entrar, la maniobra es más fácil). La susodicha columna ha dejado su impronta en prácticamente todos los conductores que la tratan de evitar (hasta tal punto que está desgastada, dejando ver los hierros por entre el hormigón interior) y yo mismo me he dejado un par de veces la aleta posterior derecha (la menos visible desde la posición del conductor), aún tomando precauciones. Ayer, tras semanas de no tocar el auto, tuve que sacarlo dos veces, y a la segunda… Bueno, sólo quería compartir mi mala fortuna con vosotros, ya que imagino que no hareis una colecta para abonar al servicio técnico la cuenta del chapista…