Vida de perras

Ayer me acosté tarde y zapeé algo: acabé visionando un fragmento de Cuatrosfera, un programa que no tiene mala pinta pero situado en la parrilla de madrugada de un canal con un share que sólo levantan los mundiales, "House" y Eva Hache. El caso es que me tropecé con un reportaje sobre el Festival de cine de Peñíscola y los frikis, realizado por una tal Sandra Uve, chica no especialmente guapa pero bendecida por la naturaleza con descaro, dos buenas tetas y una cara de viciosa que no puede con ella -esto último siempre es digno de elogio-, y de la que jamás había oído hablar. Pero Internet, una vez más, ha acudido en mi ayuda: Sandra es "artista", presentadora de televisión, pareja de Pedro Calleja y directora de cine porno. Calleja y ella, por lo que he podido ver en cuidadas webs promocionales de sus films, hacen pornografía "moderna", un paso más en la socialización del género para convertirlo en arte transgresor, meta digna de atención pero de escasa repercusión erótica que provoca más interés entre el estudioso de la evolución del porno que entre el onanista con intención de disfrutar (¿de verás a alguien le interesan las tramas, lo actores famosos y chulos, las actrices famosas y prepotentes, y la contínua justificación de un negocio que sabe más rico cuanto más guarrete y underground es? ¡Viva el Gonzo!-. Uve, además, tiene ideas simpáticas, pues con su película mezcla sexo y lucha libre mexicana -la foto que acompaña a este post es de una de sus espectaculares actrices-; vamos, un delirio en el que mejor le valdría meter la cabeza a artistillas de esos que viven de las subvenciones a costa de matratar barbies y madelmanes, por poner un ejemplo. El caso es que las noches más gamberras, pensadas para insomnes vanguardistas -pero fascinados por lo retro- tienen su hueco en los currículos de estos presentadores, hijos de Elvira(?) y fascinados por la mixtificación cultural de todo lo que, popularmente, les ha llovido desde que eran niños en la dorada época de los setenta y ochenta. Quizás por eso los entiendo, aunque no comparta gran parte de sus ideas.

No quiero cerrar este artículo sin hablar de otro de los reportajes de esa noche en Cuatro, el protagonizado por una serie de freaks de entre los que destacaba "La perra verde", joven con desparpajo que defiende aquello de "antes freaky que sencilla..." Juraba ante las cámaras que si escribías su apodo en Google, salía la primera. Promesa cumplida: tecleé y me salieron tropecientas entradas y su blog clónico en esta comunidad, ya que el de su perfil en msn se cuelga cosa mala, como casi todos los que están cargaditos en los espacios ofrecidos por el chapuzas de Bill Gates. No os lo perdais: no es una gran escritora pero la pasión por lo que hace le sale por cada uno de sus poros.