sábado, noviembre 11, 2006

Generaciones


Llega el 33 hasta los topes y yo ejerciendo acortamiento muscular istónico como un campeón gracias a las bolsas del súper (hay que llenar la nevera de la nueva chica, y lo hago de buen grado, que conste). Casi pago el billete con la boca, escupiendo monedas, mientras los que ya están no van atrás ni pa dios y los que suben tras de mí me obligan a contorsionearme para que puedan pasar sus bonobuses, tarjetas-bus y el plástico de la Tercera edad por el lector. “Como sardinas en lata”, dice un anciano al pie de las escalerillas de la puerta de subida mientras el conductor comienza un trayecto plagado de frenazos y acelerones (yo sigo cargando con ambas manos, así que nada de sujetarme y a vivir del cuento de espaldas, culos y nucas de los que están alrededor mío para amortiguar mis semi-caídas). Hago mal en mirar con simpatía al abuelo del comentario, porque los próximos diez minutos me va a dar la vara: pasará de contarme que trabajó haciendo carrocerías de autobús y tranvía en España y Francia a narrarme cómo conoció a Azaña y cuando los nazis le dieron la patada de gabacholandia. Mientras, su esposa, entre resignada y asustada (ya no se sabe…), le señala al marido que callado está mejor, él le responde, buscando mi complicidad, que no tiene miedo “a los fascistas. La juventud tiene que saber lo que pasó”. Estos abuelos me caen bien, pero trastabillando en un autobús repleto e intentando llegar a la puerta de bajada son un incordio. Además, con mi cara de bueno/pardillo siempre me tocan los brasas. Hay días en los que a uno le gustaría ser como el doctor Gregory House

jueves, noviembre 02, 2006

Con tres cojones


1 cojón: ¿qué es mejor? Alucinar con que el primer conductor en España capaz de perder TODOS los puntos del carné de una sola tacada (por conducir ebrio, en sentido contrario e ignorando el alto de la Guardia Civil), o leer hoy que ha sido pillado in fraganti, al poco de entregar su permiso de conducir, conduciendo, superando tres veces la tasa de alcoholemia permitida y fumándose mientras un porrito. Lo mejor es la foto de El País en la que aparece departiendo con los aceitunos, como si los picoletos le dijeran “tío, te has pasado tres pueblos”, y el infractor, acomodándose los huevos en sus bermudas (que también es de denuncia los calores que estamos pasando a estas alturas del otoño), les contestara “¡qué va, si aún no había tomado el desvío al mío!”

2 cojones: ¿qué es mejor? Leer que el nuevo estatuto andaluz va a usar lo de “andaluces y andaluzas” para que las feministas –y sus dos ovarios- estén contentas machacando la Lengua y matando arbolitos con las nuevas páginas impresas que la corrección política añade a un texto bastante claro en castellano viejo; que Al Andalus es lo mejor y ahora resulta que lo que vino después sólo es basura reaccionaria y opresora; o que el Flamenco, como identidad “nacional”, es propiedad de Andalucía y sólo a su gobierno compete la promoción de tal arte… Es como si Hollywood no se conformase con tener en sus entrañas la historia, evolución y monopolio del 7º Arte, sino que pretendiese formularlo en una ley que impidiese otros el desarrollo de su expresión artística.

3 cojones: ¿qué es mejor? Ir a visitar a Sergio al curro y partirse con los rasgos faciales que ha ido acumulando a lo largo del día tras advertir que las elecciones autonómicas catalanas han dejado un panorama de posibles pactos más variado que las posturas de una orgía, o leer las declaraciones de unos y otros, cuando es evidente que a) CiU gana pero pierde, porque iba a arrasar y se ha quedado en bragas; b) PSC pierde pero gana, porque iba a ser humillado, pero tampoco ha quedado tan mal tras un gobierno desastroso y con un candidato de baratillo; c) ERC pierde escaños, pero mantiene la “llave de la gobernabilidad”, porque pierde votantes pero mantiene acólitos irredentos como base electoral; d) y –me dejo a los demás, que casi ganan, ganan- el PP, como Piqué aún hace un trabajo bastante bueno salvando los muebles, pierde pero no le importa mientras Acebes puesda seguir diciendo lo que le salga de los cojones. Y es que el PP puede permitirse perder Cataluña (sólo le sirve para crispar) pero no Andalucía, y por eso firman sin reparo un Estatuto más abusivo que el catalán, si cabe…