miércoles, mayo 31, 2006

"Dos hombres contra el oeste"


Mi amigo "Pi" es un ingeniero de nota. Uno de esos tipos a los que una compañía responsabiliza de cientos de empleados y hace viajar ahora a América, luego a Europa y mañana sábado de vuelta al trabajo en el polígono. Un buen día, "Pi" dejó su trabajo -en realidad fueron dos trabajos, de similar nivel, seguidos- porque juzgó que se le estaba yendo la salud en cubrir los estropicios de sus superiores. Tras unos meses de paro e inseguridad, tirando de ahorros, ha aceptado un curro por debajo de su nivel: contrato de seis meses, un sueldo bajo y... ¡al menos respira! Pero ahora se pregunta cuánto tiempo sin responsabilidades pero con mucho menos dinero del que precisa para pagar la hipoteca podrá soportar. Ganas mucho dinero pero no tienes tiempo de disfrutarlo; ganas poco y no tienes nada que disfrutar.

Por su parte, Antonio decidió, hace pocos años, que no le gustaba ni ser funcionario de banca, ni estar casado. Dejó ambos puestos de responsabilidad -el segundo no del todo: también es padre- decidido a vivir la vida bohemia del artista maldito. Ahora come en restaurantes (10 € el menú), vive de alquiler y convive con los hijos de... Esos que tienen acceso a la prensa, a las subvenciones, al tomateo... Antonio luce más talento que ellos, pero no presume de él: es un hombre de acción al que el cine, la literatura y actividades similares le poseen. Lástima que el dinero fluya en una sóla dirección con demasiado hábito.

Sólo son dos historias. Dos hombres contra el sistema. Dos personas que pagan sus decisiones. Ellos sabrán si el precio es justo. Yo ya los apreciaba de antes y aún estamos en ello...

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Unas puntualizaciones: derecho (creo) que de réplica.

1. Decidí que no me gustaba ser "funcionario de banca ni estar casado" en cuanto tuve uso de razón política; que es lo mismo que uso de razón. O sea, que no "hace pocos años". Lo que sucedió hace pocos años es que dejé la empresa (donde entré obligado) y el matrimonio (que celebré obligado). La primera porque, simplemente, pude. El segundo, porque dentro de mí se acabó la feliz convivencia. El matrimonio era anécdota. El amor, no.

2. Hombre, "la vida bohemia del artista maldito"... Tampoco es eso. Mejor podríamos decir que me levanto tarde, navego por Internet, como de restaurante (por 7 euros habitualmente, corrijo), navego por Internet, me tomo unas cervezas, y me voy a dormir.

3. No convivo con nadie. Frecuento compañías (lamentablemente masculinas en un 99,9 por ciento) cuyos padres no influyen en mi elección. Respecto a la posibilidad de accesos restringidos... pues seguramente sea cierta, pero en casos contados y ocasiones siempre desperdiciadas (por mi parte).

4. Tengo cierto talento, y sólo soy feliz creando. No presumo, pero lo asumo. En cualquier caso, me vence siempre la falta de iniciativa.

5. El dinero fluye hacia quienes lo roban. Hay muchos modos de robar.

Gracias por tu aprecio y tus exageradas consideraciones ("hombre contra el sistema"). Un abrazo.

10:57 p. m.  
Blogger El crítico de Zaragoza said...

Bueno, eran apreciaciones mías a partir de datos incompletos, pero creo que has sacado más miga de la que había en mis palabras. No creo haber errado mucho; no en el espíritu, al menos. Y, por descontado, sabía que me leerías...

11:24 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

I say briefly: Best! Useful information. Good job guys.
»

11:24 a. m.  

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