6.6.06-H
Llega a casa la Declaración que te apañan los de Hacienda: no coincide con la que me hicieron en la Caja. Un montón de papeles reunidos y ordenados para... ¿qué? Llamas, vuelves a llamar, te hacen marcar tropecientas teclas de tu teléfono, al final te atiende una funcionaria... Segura de su trabajo te pregunta esto y lo otro, y como loco vas de papel en papel: balbuceas, dudas, te sientes perdido. "¿Tiene, posee, me puede leer tal código,...?". "Dónde está el (puto) código y cuál es la diferencia entre un término u otro (que me sitúa en una casilla u otra de un documento que gestionan a distancia)!" Al final resulta que el dinerito, a devolver, jeje, coincide con la estimación de mi banco. Doy el consentimiento telefónico: estoy de acuerdo con todo, hasta con lo del PP rompiendo el consenso (que nunca ha concedido) con el Gobierno, con tal de colgar y dejar de sudar e hiperventilar. Unas semanas y en mi banco me abonan la cantidad acordada. Unos meses, y de vuelta al pánico del contribuyente. La verdad es que el sistema vía telefónica ha funcionado, pero ríete tú de los tribunales para el doctorado o del... Maligno.
Total, que para relajarme me voy a ver el remake de "La Profecía". No voy a repetir aquí la reseña que en mi otro blog (al que os enlazo) refleja lo que me ha parecido este calco insustancial e innecesario de la magistral cinta de 1976. Pero sí os informo de que he visto las señales: varias jovencitas de tetamen generoso y faldita tan corta que más que insinuar mostraban a "don algodón" iban al cine acompañadas por novios feotes, rechonchos, orgullofrikeros... ¿Ellos han hecho un pacto con el Diablo para codearse con semejantes vestales? ¿Serán ellas diabólicas posadolescentes que captan víctimas potenciales para alguna orgía snuff patrocinada por una secta apocalíptica?
En el cine, varios traylers. Me quedo con dos, por motivos diferentes: "Bandidas", con la Pe y la Hayek haciendo el tonto mientras Sam Shepard (que en mi ciudad no ha logrado estrenar su útima película como guionista e intérprete, y dirigida por Wim Wenders) pone cara de pensar que "cualquiera puede ser estrella de cine; y más con esos culos". La otra es "La sombra de la sospecha", estúpida traducción para The sentinel, cinta con un fondón Michael Douglas, una siempre follable Eva Longoria y dos que se tendrán que ver las caras en la próxima temporada de "24" (la sexta de ocho confirmadas. Me faltan cinco capítulos para rematar la quinta, inédita en España, y a pesar de las lagunas argumentales y de lógica, estoy con el culo prieto por la tensión): Kiefer Sutherland y Kim Basinger. De ambas, esta segunda, una trama de acción y política, muy del gusto conspirativo del cine de hace unas décadas que parece resurgir gracias a proyectos como "Syriana", es la que me pone las pilas en una tarde de sobresaltos, chochitos y muuucho calor.
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