domingo, septiembre 13, 2009

Tecnología: un paso adelante y dos atrás...


Aprovechando la acertada tira cómica que hoy ha publicado en el diario Público Mauro Entrialgo, recupero y edito un viejo post (febrero de 2005) de mi primer blog (el del Agente 008). Sólo he alterado los tiempos verbales. El resto parece imperecedero.

Hace años nos dejábamos 3.000 pesetas por una copia legal en vhs. Las productoras no respetaban los formatos de proyección y, en ocasiones, ni siquiera el metraje original. Hace apenas un lustro, comenzamos a adquirir dvd a precios escandalosos, y a los ya citados defectos de edición en el formato analógico -aunque las menos de las veces- se sumaba el mayor de los descaros: "Extras", subtítulos en húngaro o árabe -pero no en castellano-, unas tristes bio-filmografías y trailers promocionales de otros títulos de la compañía de turno. Un ejemplo: "Tocando el viento" costaba 24 euros, y de extras llevaba el formato panorámico y los idiomas/subtítulos. ¡Y la carátula y la caja, no te fastidia!

Atrás quedaban el Betamax y el V-2.000; el laser-disc y las copias en s-vcd. Llegaban los diarios y las revistas con ediciones de tres a nueve euros. El ABC respetaba los extras de las ediciones en un solo disco; Manga Films recortaba rastreramente las ediciones "básicas" para El Periódico; El País hacía sus propias ediciones; y revistas como Tiempo regalan desde telefilmes infumables a pequeñas joyas de la serie B contemporánea. Los precios han bajado, los extras se incrementaron, ... Pero la propaganda nos decía lo mismo que desde las cintas de vídeo de los ochenta: "Tuyas para siempre".

Por desgracia, las cintas magnéticas sufren a causa de las temperaturas extremas y de los campos de fuerza: en el mejor de los casos, las grabaciones van perdiendo calidad de imagen paulatinamente. Los soportes digitales superarán el siglo de vida (¡eso que ganamos sus mortales propietarios!), pero también sufren lo suyo, incluso batallando contra la calidad del disco sobre el que están las grabaciones o la persistencia de las bacterias.

Llegaron el ya obsoleto HD-DVD, de alta definición, y el triunfante Blu-Ray (cambiando el color del láser rojo de siempre, el que actualmente lee nuestros deuvedés y cedés). Nuestros vídeos aguantarán no hasta que la naturaleza se lo permita, sino hasta que dejemos de disfrutar de aparatos capaces de leerlos; y nuestros dvd actuales, acabarán por compartir bandeja en los lectores de Blu-Ray, hasta que las empresas dejen de comercializarlos y sólo fabriquen aparatos compatibles con el nuevo sistema, ... ¡hasta que llegue el siguiente!

"Money, money", cantaban en el musical Cabaret. Nadie cambiará nuestros discos "para siempre", como nadie lo hizo con nuestros vídeos. ¿Para qué invertir dinero en esta estafa? ¿Mejor descargarse de Internet aquello que deseemos y que muchas veces ni siquiera está editado en nuestro país? ¿Alquilar y piratear, porque 1.50 €, entre alquiler y copia, es más fácil de desperdiciar que diez, quince o veinte? En un episodio de los Simpsons, Homer deambula por un vertedero en el que puede leerse "vhs/laser-disc/espacio reservado para los dvd". Todo llegará, y nos seguirán cobrando porque en esta sociedad consumista en la que nos refocilamos seremos "suyos para siempre".

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