Una pareja de mierda

El sábado das tregua a tu pareja y te la llevas al teatro (Principal). Después de quedarte sin ver "Un dios salvaje", "Agnes de Dios" y "Boris Godunov", recalas en "Una pareja de miedo"; y ya puedes invitar a Charlize Theron en persona que te lanzas al gallinero lateral: gastar más en semejante propuesta no merece mayor desembolso económico.

Las entradas están en tu cartera el viernes. La crítica del Heraldo machaca la representación el sábado y no la lees hasta el café posterior a la cena pos-teatro. Demasiado tarde para evitar el desastre que se explicita en un patio de butacas casi vacío. Acabamos colocándonos en mejores localidades que las adquiridas.

Apatía total por nuestra parte. Risas de abuelos encantados de ver la misma basura humorística(?) que en en la televisión que devoran. Detrás nuestro, incluso, la típica sesentona que hace, en voz alta, comentarios obvios sobre lo que vemos todos.

Y digo yo: si el texto original ya es simple, ¿hacen falta cinco adaptadores para la versión patria? Si entre ellos lees nombres como los de Santiago Segura o de guionistas de tontadas catódicas como "Quítate tú pa ponerme yo" (éste, además, profesor de guión y todo... ¡JÓDETE Y BAILA!), ya sabes que sí: destalentados que no han parido una idea original en su puta vida y si algún día lo hicieron no pararon hasta fastidiarla.

Salimos pitando sin aplaudir.