lunes, mayo 18, 2009

Un ángel y un demonio


Fin de semana de cine, teatro y música. Comenzamos el viernes, acompañado por un amigo para redescubrir el universo Dan Brown, pirateado por el dúo (no tan dinámico) Ron Howard/Akiva Goldsman. Tras el despropósito (no sólo de peluquería), literario y cinematográfico, de El código Da Vinci, llega su secuela en cine (precuela en negro sobre blanco) de la era de las proyecciones digitales: Ángeles y demonios.

Puro pastiche argumental, narrativamente tan convencional como brioso, cuyo libreto revisa, complementa y finalmente pilota el doctor de guiones y eficaz blockbusters maker David Koepp, habitual brazo derecho armado de Spielberg.

¿Resultado?: una sesión muy entretenida, plagada de secundarios de lujo solventes, con un Hanks más cómodo en su repetido papel de profesor Robert Langdom y un final previsible que no molesta. Y una nueva actriz (de escaso recorrido filmográfico pero de innegables dotes de seducción hacia las Carl Zeiss). Es ella, Ayelet Zurer, quien ilustra esta entrada.

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