Jorge y el cine

Sueño a menudo que vuelvo a los cines de mi infancia, y a los de no hace tanto también, convertidos ahora en bingos, centros comerciales, oficinas o directamente abandonados a la especulación (política incluso) como meros solares. Recuperar el triunvirato de las salas Aragón/Iris/Actualidades es un sueño recurrente. Ayer retornó y, con él, la figura de un compañero de colegio fallecido en un estúpido accidente de tráfico hace unos pocos años: Jorge Mena. A Jorge, que no era acomodador como en mi ensoñación, tuve la oportunidad de darle un abrazo de nuevo. Irme a la cama me salió ayer rentable.